Palabras de lucha, por Rod Coronado

Rod Coronado.

Hace once años estuve en el mayor laboratorio de investigación peletera, en la universidad estatal de Oregón. No estaba ahí para encadenarme y mucho menos para hacer una petición. Mis guerrerxs y yo estábamos ahí para quemar el edificio hasta convertirlo en cenizas. Durante el año y medio anterior había visitado granjas por todo el país recabando información sobre las condiciones en que estaban los visones, zorros, linces, gatos salvajes y chinchillas, y sobre una industria que lleva haciendo una guerra genocida contra la vida salvaje desde hace más de 400 años.

Las llamas que salieron del edificio aquella noche marcaron la vuelta del ALF a una estrategia de guerra de guerrillas. Llamamos a la campaña operación Bite Back (es una forma de ataque de algunos animales en la que muerden y retroceden).

Por primera vez en la historia de las granjas peleteras americanas los animales que estaban ahí encerrados esperando la muerte, tenían una esperanza.

Durante los siguientes 16 meses mis guerreros y yo atacamos con éxito cuatro laboratorios de investigación para granjas peleteras, una granja de pieles y una cooperativa de criadores de piel. Además se intentó atacar sin éxito cuatro granjas de pieles de Oregón, Utah y Montana.

La operación Bite Back no pretendía conseguir reformas o mejorar las condiciones, pretendía destruir toda una industria cuya existencia depende del encarcelamiento, domesticación y tortura de la vida salvaje. Igualmente cuando nos llamamos defensorxs de la liberación animal y de la Tierra deberíamos darnos cuenta de que no podemos trabajar desde dentro del sistema. La Tierra y los animales ya han sido representados por bienestaristas (gente que lucha por que las condiciones de explotación de los animales sean lo menos dolorosas posibles, pero no critican que sean asesinados sin dolor) y moderados demasiado tiempo. Lo que el mundo necesita ahora son guerrerxs. Mujeres y hombres valientes preparadxs para morder en defensa de la Tierra y de sus habitantes oprimidos. Tú, que lees esto, eres parte de una generación en la que tienes que elegir entre hacer lo necesario para preservar todas las formas de vida en la Tierra o fracasar con tu responsabilidad ante las generaciones futuras. No hay un punto intermedio, o eres parte de los problemas de la Tierra o eres su defensor.

No somos un grupo de protesta. No pedimos nada al sistema y a quienes han construido su poder y riqueza sobre la sangre y los huesos de nuestros hermanos animales y nuestra madre Tierra. Solo hay una respuesta ante esa actitud homicida y genocida, la acción directa que destruya la estabilidad económica de la industria que amenaza todo el planeta. No negociaremos con terroristas ni pagaremos el rescate los secuestradores.

La sociedad nos ha llevado por el mal camino suficiente tiempo. La civilización que trata toda forma de vida como mercancía convierte a cada ser vivo en un posible objetivo; y a no ser que la gente se levante ahora, nuestra descendencia vivirá y morirá en un mundo dirigido por la avaricia y la violencia. Pero antes de que empieces a pensar temerariamente en atacar a un opresor militarmente superior, recordémonos por qué estamos luchando, en lugar de contra qué.

La victoria no es algo que debamos conseguir en un futuro lejano, es algo que debemos lograr día a día. Como guerrerxs elegimos el camino de la Tierra. Nuestra energía no viene de nuestro oponente sistema opresor, sino del planeta que defendemos.
Nuestra energía viene del viento, agua y fuego. Nuestra creencia en un mundo en el que estemos relacionados con los animales es algo por lo que muchxs han luchado y muerto; y te aseguro que las cosas han estado mucho peor. Nunca debemos pensar que nuestros sacrificios son en vano. El estar preparadxs para sacrificar nuestros privilegios y comodidades es lo primero que necesitamos para evolucionar hasta el/la guerrerx que debemos ser.

Sólo cuando demostremos nuestro amor hacia la Tierra y hacia los animales con acciones sinceras, podremos descubrir el bonito mundo del guerrerx de acción directa. Ha llegado otra vez el momento de Bite Back. Nelson Mandela dijo .es el opresor, no el oprimido quien determina los métodos de nuestra resistencia. Igualmente, cuando lxs enemigxs de la Tierra y los animales responden a la desobediencia civil no violenta con fuerza excesiva y violencia, no nos dejan otra alternativa que buscar una forma de lucha más efectiva. Y si no se te parte el corazón al saber lo que le están haciendo al mundo que amamos, siento lástima por ti, quizás ya no estés vivx. Pero si la muerte del planeta que amamos te hace llorar, entonces coge esas lágrimas y conviértelas en acción. La tierra no nos da lo que necesitamos para vivir simplemente para que sobrevivamos, nos da su energía para que podamos luchar.

Ahora sal ahí fuera y haz algo de lo que tus ancestros y descendientes estarían orgullosos.

Rod Coronado

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