>Tráfico animal: crueldad y especismo

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El trafico animal, no tan solo es un cruel negocio contra el medio ambiente y los animales, si no es altamente lucrativo, ocupa el tercer lugar en ganancias para sus traficantes, solamente superado por el tráfico de armas y drogas.
Se sabe que el 100% de los animales traficados, son tratados como objetos lo que conlleva precarias condiciones de traslado y constante maltrato por sus traficantes. Un 80% de estos animales mueren en el solo camino al comprador, dejando tan solo un 20% que es vendido a tiendas “exóticas”, zoológicos o circos.
Lo más preocupante del trafico animal, es el ya mencionado transporte, cual involucra un constante maltrato, estrés, miedo y soledad hacia los animales, por ejemplo; las aves, son trasladadas en botellas plásticas enrolladas en alfombras sin mencionar la cruel forma que fueron capturadas en su habitad. Otro caso repudiable es el traslado de primates, cuales son traídos en oscuras y pequeñas jaulas de alambre.
Todos estos animales no son alimentados ni tampoco les dan de beber agua o algo parecido que pudiera mantenerlos hidratados.
En la mayoría de los países, hay varias leyes contra el tráfico de animales, y aunque al igual que las leyes de “protección animal”, no son ni conocidas ni cumplidas al 100%, nosotros debemos hacernos cargos de saber usarlas en beneficio de los animales, por lo cual llamamos a denunciar al especista traficante de animales y asegurarnos de que este pague su crimen.
Los animales nacen libres y así deben quedarse.

>La cruda realidad del delfín, explotado en delfinarios y asesinado por comida

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Los delfines no por el hecho de ser un animal protegido por la «ley» no sufren el especismo.
Esto se puede apreciar en los delfinarios alrededor de todo el mundo, tienen una familia muy compleja lo cual hace que se demoren en desprenderse de sus familiares, se adaptan fácilmente a la vida en el mar y necesitan un gran espacio para satisfacer sus necesidades vitales.

El separarlos de su grupo familiar para ser encerrados en un estanque con agua clorificada o en pequeños lugares aislados para obedecer ordenes de un instructor y así poder conseguir comida, unos pocos peces muertes también es signo de maltrato. El nadar detrás de sus colas, montar sobre ellos, les produce un gran hostigamiento. estréss, conductas anormales, agresividad, automutilación, enfermedades infecciosas y muerte prematura.
Todo para entretener a un público que desconoce lo que sufren realmente estos seres estando en cautiverio, seres tan inteligentes y amigables con el hombre.

Gracias a los movimientos defensores de estos animales, los delfinarios están en decadencia; Inglaterra cerro todos los delfinarios en el 1993, Alemania cerro 5 de 9 delfinarios, Hungría prohibió la importación de delfines, Israel prohibió la importación de delfines para entretención, las Islas Caimán prohibió los animales en los circos porque considero que estos estaban siendo maltratados, etc. Pero no podemos dejar que la lucha termine aquí.

No podemos permitir que ciudades como Taiji (Japón) se haga famosa por la creciente ola de maltrato y asesinato a delfines, en donde supera en 3 veces más la matanza de ballena sin olvidar que el delfín esta dentro de las familias de “ballenas” y la caza de ballenas esta prohibida, claro la ley funciona cuando les conviene.
No podemos seguir permitiendo que sigan matando seres indefensos frente a nosotros.
En Taiji cada año son asesinados 23.000 delfines por comida.

Debemos seguir luchando por liberar a los animales que lo necesitan. Liberarlos de todo maltrato sea o no protegido por la ley como lo es este hermoso mamífero inofensivo.
No podemos permitir que los japoneses digan que asesinar es parte de su “cultura”.

Asesinar no es cultura de nadie.