El otro día me detuve en la etiqueta de un shampoo que decía “no testeado en animales”. Qué genial pensé yo, que bueno que existan productos que no experimenten en animales, productos alternativos.

Pero no deje de pensar…

Productos alternativos? alternativos a qué? al testeo en animales? acaso voy a seguir colaborando con el intento de dejar de reconocer que nosotros, los humanos, también somos animales? Acaso ése producto no está siendo “testeado” en mí y en millones de personas? La diferencia radica en las formas capaz, en que a los demas animales los fuerzan a “probar” dichos productos mientras que a nosotros nos conducen de manera sutíl a consumirlo.

Consumismo es hablar del mismo capitalismo que tanto nos destruye a todos.

Entonces, veganismo, pienso yo, va mas allá de buscarle alternativas a todo, sino mas bien cuestionar también las necesidades creadas por nosotros mismos por intereses del capital.

En las mismas ramas donde existe la experimentacion animal, tanto la cruel como la sutíl, y no menos cruel, que sólo utiliza humanos, encontramos necesidades inventadas…
La medicina (incluyendo a la veterinaria), el armamento, la cosmética, productos de limpieza, etc etc

Acaso vamos a seguir empujando la rueda?

Si me duele la cabeza, pienso enseguida en una aspirina, pero como no quiero colaborar con los laboratorios que experimentan en animales (no humanos) consumo otro químico de otro laboratorio que no experimenta.
Si al oso grizzly le duelen las encias va a ver al doc en alaska? El león se hace la esquila total en la veterinaria de la sabána? Necesitamos armas para defendernos de nosotros mísmos? Somos feos? o en realidad no somos los “lindos” que aparecen en la publicidad? necesitamos cosméticos para alcanzar ésa belleza que nos venden?

Acaso necesitamos todo ésto que nos rodea? O lo inventamos y nos acostumbramos al confort y la necesidad de tener, de consumir.

Llegué a pensar que un producto que no testea en animales es “bueno”, ahora pienso que ningún producto creado con el fin de lucrar con necesidades inventadas que nos vuelven dependientes y presos merece mi aprobación.

Somos como un roble, creciendo lentamente dentro de una habitación cerrada. Estamos bien hasta que llegamos al techo, no podemos seguir, nos enfermamos y la solución que encontramos es cortarnos a nosotros mísmos con diferentes herramientas, pero seguímos ahí adentro, creciendo, y cada vez que lleguemos al techo vamos a necesitar y depender de más herramientas…

Tal vez llegó la hora de cortarnos de raíz, escapar por la ventana y volver a la naturaleza del bosque salvaje…