El espectáculo hizo suyas todas las ideologías… inclusive las que eran antagonistas y violentas hace un siglo. Para que la resistencia logre superar esto debe plasmarse en fuego y violencia, incendiar hasta ciertos discursos que promueven la critica estando alertas de que muchas veces es la máquina capitalista disfrazada codificando su mensaje a través de sus medios y de sus falsos críticos. El feminismo como movimiento social activo y en auge actualmente es la prueba misma de que mucho de ello es carnaval y poca profundización, los focos de violencia tras las marchas son mínimos, las chicas que promueven la autodefensa organizada son aún más pocos y muchos de ellos caen en un resentimiento vacío y ciego que no es capaz de identificar el enemigo interno con claridad, en todo caso me refiero al discurso porque el acto sigue siendo nulo. Estoy al tanto de que es complicado elevar criticas contra el feminismo cuando esta profundamente e historicamente justificado, pero se puede plantear un rechazo a su expresión carnavalesca o romántica, a su marcha masiva pero poco efectiva. Con la cantidad de personas que reúne, la revuelta estaría permanente y si se producirían cambios profundos desde la rabia organizada (no es lo mismo que un resentimiento vago). Esto es solo un ejemplo de la protesta y el espectáculo. Las conclusiones son evidentes. A veces vuelvo a pensar en el unabomber y su manifiesto: “El izquierdista del tipo sobresocializado trata de huir de su correa psicológica y reafirmar su autonomía rebelándose pero normalmente no es suficiente fuerte como para rebelarse contra los valores más básicos de la sociedad”, este ejemplo es aplicable a casi todos los movimientos de protesta actuales, ninguno de ellos esta dispuesto a rebelarse como corresponde, incluso en la marcha hay quienes reprimen los pequeños estallidos de violencia, esos son los ciudadanos, policías sin sueldo. Hay enclaves, conspiraciones cotidianas y pequeñas células armadas, pero no es suficiente, la violencia política debe extenderse como mala hierba sino estamos perdidos, nutrir la rabia de saber, organizarla, conspirar y atacar.