En este libro Zerzan hace una luminosa retrospección hasta los momentos más incipientes de la humanidad para darnos a conocer la posibilidad de vida en un mundo sin simbolismo. Destaca especialmente una dura crítica al postmodernismo por su obcecación y su parálisis una vez descompuestos los dogmas que encorsetan nuestra vida. Una lúcida crítica de los tiempos consumistas que vivimos en los que el ver hacer supera el hacer.
Una lectura subversiva muy recomendable, no como ensayo científico o antropológico pero sí como herramienta de convencimiento de la necesidad de volver a empezar. Recomenzar el mundo.