Todos tenemos tejado de vidrio, intentamos a cualquier precio ocultarlo, que nadie vea lo peor de nosotros mismos, que nadie sepa. Quizás, si nadie lo conoce, si nadie se entera, quizás – sólo quizás- nunca pasó. Pero ¿qué pasa cuando lo más oscuro de nosotros sale a la luz? ¿Qué pasa cuando el egoísmo se adueña de nuestras calles y mares? ¿Cuándo intentan imponernos el miedo, silenciar nuestras voces para que nadie se entere? Yo les diré que pasará, lobos marinos morirán, baleados o apaleados. Chile será como Canadá para las focas, nuestros mares se teñirán rojo, nuestras playas serán peligrosas. Y quieren callarnos, que los de afuera no se enteren. Quieren callarnos porque ellos saben que la comunidad internacional lo reprobaría. Por que saben que a ustedes les importa más salvar una vida que venderla en trozos a Japón.
En Chile, actualmente existe una veda que protege a los lobos marinos, la cual se extiende hasta el 2012, pero que una simple resolución de un organismo público puede levantar. Y es lo que pretenden 3 diputados de nuestro país, cuya obsesión por generar ingresos a costa del eco-sistema marino puede más que el sentido común.
Ellos hablan de «manejo y control de los lobos marinos» los han declarado plaga, y los van a matar, con exactamente las mismas técnicas que usan en Canadá con las focas arpa, los van apalear hasta la muerte, para luego venderlos, hacerlos aceite, carne para el consumo humano, usar sus pieles, vender sus penes y testículos al mercado asiático, y así enriquecerse. Para ellos su sufrimiento y muerte tiene un precio, miles de dólares que se repartirán entre unos pocos.
Los lobos marinos están en grave peligro y necesitan que se hagan todos los esfuerzos posibles para salvarlos. Desde la distancia tú puedes ayudar a detener esta masacre. Los responsables de esto temen, explícitamente, que su crimen sea conocido en el mundo entero por posibles boicots a la industria pesquera chilena. Por lo tanto, difunde esta información y haz saber cortésmente a las embajadas chilenas tu rechazo a la caza. Por los lobos marinos.
Operacion Mayachka