Los asesinados:
-Rodolfo Angel Leal Medina (31 años), imputado por hurto simple.
-Luis Guillermo López Velenzuela (22 años), imputado por robo
-Jonathan Andrés Aguirre Aguirre (23 años), imputado por robo a lugar habitado
-Horacio Ernesto Núñez Zambrado (41 años), imputado por robo a lugar habitado
Los tres primeros murieron a partir de los disparos efectuados ya sea por Gendarmería, PDI o Carabineros, en cuanto a Horacio, muere quemado a causa del incendio que producía el motín de los presos en medio de la fuga. Creo que lo más obvio, es que también es un asesinato, ya que fue Gendarmería la que buscaba dejar encerrados a los presos en medio del fuego, siendo ayudados por las otras policías.
“…Estaba metido en la droga y salía con otros niños que hacían esas tonteras… como robar… estos dos años han sido muy malos, estoy con tratamiento para la depresión, algunas veces puedo trabajar, pero me vuelve la depresión y ahí quedo… y lo único que hago es dormir y dormir.” Parte de la declaración que la madre de Jonathan en una entrevista al diario local La Discusión.
Buscando solidarizar con las familias y no dejar en el olvido ni a Jonathan a ningún asesinadx por las policías y la sociedad carcelaria, quiero ser claro en manifestar mi posición como una persona anticarcelaria por razones que podría argumentar en un libro entero, pero prefiero hacer de este texto, un recordatorio de quienes son nuestros enemigos y asesinos, y quienes muchas veces son defendidos por el sujeto denominado con el termino que también rechazo de “ciudadano”. Cabe destacar tristemente (en lo personal) que a la fecha solo quedan 13 presos fugados tras el derrumbe de la cárcel.
Ningún muertx por el Estado será olvidado.
¡Motín y fuga!
Escrito por Anónimo.
Extraído desde: Periódico El Amanecer