Los delfines no por el hecho de ser un animal protegido por la «ley» no sufren el especismo. Esto se puede apreciar en los delfinarios alrededor de todo el mundo, tienen una familia muy compleja lo cual hace que se demoren en desprenderse de sus familiares, se adaptan fácilmente a la vida en el mar y necesitan un gran espacio para satisfacer sus necesidades vitales.
El separarlos de su grupo familiar para ser encerrados en un estanque con agua clorificada o en pequeños lugares aislados para obedecer ordenes de un instructor y así poder conseguir comida, unos pocos peces muertes también es signo de maltrato. El nadar detrás de sus colas, montar sobre ellos, les produce un gran hostigamiento. estréss, conductas anormales, agresividad, automutilación, enfermedades infecciosas y muerte prematura. Todo para entretener a un público que desconoce lo que sufren realmente estos seres estando en cautiverio, seres tan inteligentes y amigables con el hombre.
Gracias a los movimientos defensores de estos animales, los delfinarios están en decadencia; Inglaterra cerro todos los delfinarios en el 1993, Alemania cerro 5 de 9 delfinarios, Hungría prohibió la importación de delfines, Israel prohibió la importación de delfines para entretención, las Islas Caimán prohibió los animales en los circos porque considero que estos estaban siendo maltratados, etc. Pero no podemos dejar que la lucha termine aquí.
No podemos permitir que ciudades como Taiji (Japón) se haga famosa por la creciente ola de maltrato y asesinato a delfines, en donde supera en 3 veces más la matanza de ballena sin olvidar que el delfín esta dentro de las familias de “ballenas” y la caza de ballenas esta prohibida, claro la ley funciona cuando les conviene. No podemos seguir permitiendo que sigan matando seres indefensos frente a nosotros. En Taiji cada año son asesinados 23.000 delfines por comida.
Debemos seguir luchando por liberar a los animales que lo necesitan. Liberarlos de todo maltrato sea o no protegido por la ley como lo es este hermoso mamífero inofensivo. No podemos permitir que los japoneses digan que asesinar es parte de su “cultura”.
Barry Horne, fue un gran activista británico, acusado en innumerables ocasiones de haber sido el causante de varios incendios, destrozos y “robos” (liberaciones) de animales, esto lo llevo a ser denominado uno de los grandes “terroristas” en la lucha por la liberación animal, fue vegano y fue firme a sus convicciones.
Horne participo en tres huelgas de hambre exigiendo al gobierno Ingles la abolición de la experimentación animal. Uno de los hitos importantes, fue el intento de “robo” a un delfín de Marineland al Noroeste de Inglaterra, esto le costo seis meses de condena condicional. También fue sentenciado a tres años por poseer dispositivos incendiarios. Respecto a las huelgas en las qué participo, estuvo en muchas ocasiones al borde de la muerte en donde muchas veces sufría paros respiratorios, pero a pesar de esto dio a entender al gobierno que sus huelgas no tenían como fin su muerte si no eran su forma de luchar contra el especismo. También argumentaba que el mismo gobierno lo condenaba a muerte por los actos nobles que había estado haciendo por los animales. Horne fue declarado como hombre con serios problemas mentales. Su muerte el 05 de Noviembre del 2001 fue un hito muy impactante para las miles de personas que hoy continúan la lucha por la liberación animal ya que puesto a que fue condenado a la sentencia más larga dictada en ese entonces que era de 18 años, Barry siguió su lucha por el fin de la esclavitud animal llegando a crear una huelga de hambre que le fue debilitando hasta producir una falla en uno de sus riñones. Sus huelgas no eran para conseguir su liberad, sino que era para un cambio legislativo y social respecto a los animales torturados en los laboratorios. Estás huelgas fueron admiradas por miles de personas, lo que logro evitar la muerte de 2,7 millones de animales en el mundo, entre los qué están los monos, conejos, ratones entre otros que eran tratados sin anestesia, obligados a inhalar sustancias toxicas, estresados, quemados, traumatizados, etc, etc, etc.«La huelga de hambre no es un chantaje. Es cuestión de mantener promesas y para mí, está bien. En la muerte los venceré. No podrán hacerme ceder. Este es el descenso final, pronto será demasiado tarde. Quiero morir, porque con mi muerte gano. Quiero ser recordado por el motivo de mi muerte y por quiénes fueron responsables de ella. Antes de morir, quiero decir: Nunca se rindan. Sigan luchando por los animales…«Barry Horne. 1952 – 2001