Mastúrbate, por Irene Gruss

Mastúrbate úntate cada pezón con miel y baja el mentón, la lengua saben dulces,toca circularmente cada punta morada, agrietada o lisa y luego acaricia el vientre, el ombligo, haz cine o literatura con la mente pero no olvides los pezones, la miel, el dedo circular, hazlo frente al televisor mientras te ríes y te humillas: mastúrbate, abandona, cuida el clítoris como a la piel de un niño, escucha el viento que suena detrásde la ventana cerrada, guarda tu jugo a escondidas del mundo y mastúrbate, que tus piernas comiencen a abrirse y cerrarse que tu murmullo sea un gemido ronco, grito agudo en el aire, en el hueco que píde penetración, contacto, habla despacio hazlo en silencio pero gime aúlla, murmura aunque sea el goce el rozarse de tu pelo en la almohada en la alfombra en la nuca, mastúrbate, hasta que las rodillas tiemblen, hasta que caigan lágrimas y suena esta vez no un viento sino un timbre y otro, regular la campanilla, recién entonces dilátate como en el parto lubrica tu vagina, el tubo que sigue llamando, levántalo, bájalo introdúcelo y escucha ahora su voz,lejana, ajena, y cierra tus ojos, su boca tan adentro.

Escrito por Irene Gruss.

Un comentario sobre “Mastúrbate, por Irene Gruss”

Responder a lara Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *