Los medios masivos de comunicación como “El Confidencial” o “Terra” hablan de diez policías heridos y 13 activistas detenidos tras una manifestación antitaurina en la localidad colombiana de Chía, cercana de Bogotá.
La manifestación fue en respuesta a la “celebración” de una corrida de toros en dicho municipio.
La alcaldía de Chía, mando un comunicado declarando de unos 200 activistas que se reunieron para expresar su oposición a la crueldad taurina y estos marcharon por las principales calles de la localidad hasta llegar a la plaza de toros, en donde efectivos policiales estaban apostados para evitar el paso de los activistas. Pero estos al escuchar la música del primer toro asesinado, insistieron a lo cual la policía respondió con represión y así mismo los activistas se defendieron.
Declaraciones de los activistas antitaurinos a los medios locales: «No estamos de acuerdo con eso porque no se nos hace que es cultura, no se nos hace que es arte, es simplemente una tortura.»
«Íbamos llegando en la marcha y los policías, no sé por qué, empezaron a atacar», dijo uno de los manifestantes a la cadena de televisión CityTv.
Los antitaurinos argumentaron que esta localidad colombiana nunca ha tenido arraigada una cultura del toreo y pidieron que la inversión en este tipo de festejos fuera destinada a otros aspectos prioritarios para el municipio.
Mientras el Cataluña prohíbe las corridas de toros, las “fiestas” taurinas de “tsuno-tsuki” como se les llama a las peleas de toros en Japón, esta ganando popularidad en el país asiático. A diferencia de España donde las peleas de toros están bajo la fuerte presión de grupos activistas y ahora por políticos contra la crueldad animal. En Japón, esto transcurre entre dos toros y termina pocos minutos antes de que se derrame sangre.
Foto: plena pelea de toros en Japón
La pelea comienza cuando 20 separadores de toros “seko” guían a los animales mientras se enfrentan en un cuadrilátero, estos lacean a los toros por sus patas traseras con una cuerda y las separan, a menudo arriesgando sus vidas. Los seko son los encargados de que el combate se haga dinámico y dramático.
Las peleas de otros o “Tsuno-tski” se practican en todo Japón, con principales lugares como la isla de Okinawa, en el sur del país y esta crueldad ha sido nombrada “característica cultural importante” por el gobierno japonés en 1978.